martes, 24 de noviembre de 2009

LA LLENGUA CATALANA

La llengua és la gran herència
que hem rebut d’avantpassats,
i ja en el pit de la mare
descobrim el seu parlar.

En els petons i abraçades
hem començat a copsar,
paraules d’amor expressades
que poc a poc han penetrat.

La llengua, és com una joia
que hem d’ensenyar a valorar,
tot respectant les persones
l’hauríem de fer estimar.

Als nous vilatans que vénen
amb afany de progressar,
ajudem-los a que parlin
la llengua dels catalans.

Les llengües que aprendran
al llarg de la seva vida,
els obriran nous camins
de ciència, art i cultura.

Fem créixer la nostra llengua
no ens la deixem trepitjar,
procurem fer nous amics
compartint nostre parlar. 

Doncs la llengua catalana
és per a mi un gran tresor
fou llegat de pare i mare
que van infondre al meu cor.

Rosa Juncadella, 12 de febrer de 2009

miércoles, 18 de noviembre de 2009

EL PASO DEL TIEMPO



Las cosas importantes son aquellas
que pasan por tu piel,
aquellas que hacen aprender,
que hacen reír y llorar a la vez.



Ese beso que se da,
es lo prohibido,
es la rosa que se entrega
por el amor recibido.

Es el perfume de la rosa
que embriaga los sentidos,
ese carmín de los labios,
del primer beso que he sentido.

Hojas blancas que se callan,
que guardan en su interior
ese hermoso mensaje,
como guarda la rosa
en sus pétalos
la premura de su olor.

¡Calla! ¡Calla! Amor mío,
rosa de mi jardín,
hojas blancas que he escrito,
con todo mi cariño y amor,
mis pobres versos
salidos de mi corazón.

Las cosas importantes son aquellas
que dejan huella en tu piel,
las que hacen reír y llorar a la vez.

Miro al cielo,
veo como pasa,
el que llamamos tiempo

y queda marcado en la piel.

Como la espina clavada,
de la rosa que te regalé,
¡Calla! ¡Calla! Amor mío,
otro día te regalaré
lo prometido.

He podido estrujar mi mente,
consiguiendo mis versos
y mis poemas
en este mar inmenso,
del mundo donde nadamos.

Todo deja marcado
la huella sobre la piel.
El tiempo es el testigo,
tú lo ves en mí
yo lo veo en ti.

El cielo lo ve pasar,
ese que llamamos tiempo,
y queda marcado
en nuestra piel,
y el mar y el sol,
sin más, lo ven pasar.

Higinio San Millán, 10-5-08


martes, 10 de noviembre de 2009

He canviat el llit per un cafè calent...



He canviat el llit per un cafè calent a la meva cuina lluminosa. Just acaba d’obrir-se el sol per a tots els habitants d’aquest poble, els de totes les ciutats i països on ara despunta el dia. Per a mi també.

Aquesta aroma que es dibuixa entre la taula, els fogons i la tassa, m’abraça i m’agrada. Vull seure.

Miro els llacets de colors que agafen les cortines perquè sembla que vulguin mostrar-me el paisatge, convidar-me a viure i ensenyar-me amb timidesa un espai matinal, asserenat, quotidià, ple de trànsit i de notícies radiofòniques.

Les nenes encara dormen, però jo ja sóc aquí, esperant-les...

El món es lleva amb mi, o sóc jo qui es lleva amb el món? Tot plegat és ben curiós! Perquè, a veure... Jo formo part del món o el món té una infinitament petita part de la seva composició que és diu Teresa?

Bé! En qualsevol cas aquests moments són vitals, plens de força i d’alegria.

El rentaplats no ha deixat cap senyal del dia anterior. Així, doncs, tot comença de nou!

Sí, ja ho sé... Serà la mateixa feina, potser les mateixes paraules al company afligit, la rutina diària que en diem. Però quan miro per aquesta finestra de la meva cuina lluminosa, amb el pijama que em va gran i els ulls encara mig tancats, se’m posa l’ànima tan encesa d’aquesta llum nova i recent que voldria sortir a menjar-me la vida.

Bon dia, Teresa! 

Teresa Riera

viernes, 6 de noviembre de 2009

LA FUENTE DEL CARIÑO

Si pudiera asimilar el deleite del agua que me observa,
si pudiera limpiar todo lo sucio con ese agua que me sonríe.
Veo una historia que borda las costuras más hermosas,
la añoranza con la melancolía que dibuja,
unas pulcras páginas con unos sencillos versos.
Bello manantial, bello manantial…
A ti, Fuente del Cariño,
a ti te lo quiero contar.

Si puedo escribir minutos
del surcar toda una vida.
El pájaro transmite con su canto
una historia que a través del tiempo,
remanso de paz y amor,
azota la brisa tenue sobre los árboles centenarios
formando dialogo sin voz.

Mientras, nuestros cuerpos embelesados con el nombre
que te asignaron, fuente del Cariño.
Transcurrían las horas como minutos fugaces,
en un mutuo palpitar del corazón,
esperando una respuesta al sonido monótono
del agua al caer en el fondo de la balsa,
en el dulce remanso del silencio.

Fuente del Cariño.
Sí, Fuente del Cariño,
donde mecía la madre al niño,
donde el abuelo contaba historias…
Donde, no sé donde…
Donde, y sencillamente, la tarde era noche,
donde la noche era gloria.

Higinio San Millán, 11/10/09

miércoles, 4 de noviembre de 2009

MADRE TIERRA



Tú vas por el universo
en tu camino incansable,
sorteando los crepúsculos
con tu Luna inseparable.

Y la Luna con sus caras
nos da la cara y la cruz,
nos oscurece y alumbra
ofreciendo inspiración
a aquellos que no la tienen
por carecer de valor.

¡Ay! Mi lunita encantada,
no me ocultes tu mirada.
Mis ojos se entristecen,
quiero que tú seas mi hada.

Amor a la madre Tierra,
a las plantas, a las flores,
a las noches y a los días
yo tengo muchos amores.

Mi voz dormida reposa,
la pluma está protestando,
presa de tantos temores
porque no quiero expresar
la causa de esos horrores.

Madre Tierra que cobijas
todo lo que tú creaste,
por qué quieren destruirte
gente con tan malas artes.

Extensa, limpia y hermosa,
generosa, fuerte y bella,
por qué el progreso te hiere
destruyendo tus principios.
Para lucrarse te quieren.

Tú derrochas los manjares
siempre fiel a tu costumbre,
los humos no te acobardan
aunque intoxiquen tu cumbre.

Quieren destruir tu esfera
para lucrarse unos cuantos,
y yo, pobre sierva tuya,
lucho por salvar tu manto.

La pluma se me rebela,
a mi voz no corresponde.
Quiero luchar y no puedo.
¿Cómo ordenar un desorden?

Siempre pienso  liberar
aquello que está cautivo,
la madre Tierra me clama
sabiendo yo los motivos.

Cautiva de gente innoble,
insaciable en sus poderes,
con tal de llenar sus arcas
se olvidan de sus deberes.

 Manuela Llera Ramos