miércoles, 24 de febrero de 2010

MI FIEL AMIGO PERRO

Eres como el callao silencioso que acompaña mi cojera,
siempre servicial en tu cometido.
Voy notando la letanía trashumante del hueso,
de mi fémur, deslizándose hasta la tibia y el peroné.

Tú ¡amigo mío!, vas pegado a mí
observando el paso del callao.
Mi constante  cojera ha arraigado en ti.  
Tu ritmo saltarín y acelerado
ahora olfatea los pequeños estragos del camino
tal como un pequeño guijarro
por el cual perdería el equilibrio.
Tu caminar se ha convertido en jocoso y mutilante.
Me miras, te miro, te miro, me miras. ¡Siento bondad!
Y en tus ojos vivos veo el esfuerzo reprimido
reteniendo tu alegre cuerpo, que desgasta a raudales
tu indescriptible alma animal.

Lara Pi, agosto 2009

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