viernes, 4 de septiembre de 2009

SOLEDAD SOCIEDAD

No mintáis,
no mintáis buen hombre,
no soltéis vanas palabras,
ni faltéis testimonio.

Que la sociedad es sabia
y no se puede engañar.
Él solo se ha marginado
y ahora culpa a la sociedad
del desaguisado.

Escuchas el canto del búho,
solitario, tienes envidia,
solo como un naufrago,
preñada de islas por doquier
habitadas por don Nadie,
tan solo un canto de un ruiseñor lejano,
el ronquido de un ancestro mar,
playas solitarias y bucólicas
de una sociedad a la que le gusta gritar.

¡Pobre sociedad!

Soledad,
nada más que sociedad,
vacilamos de sociables,
qué mentira más grande,
somos pobre animales racionales.

Pobres,
¿quién de nosotros engaña?
Todos o casi todos.
Si en lo más simple lo cagamos.
Nuestros pobres viejecitos,
esos que nos han hecho
y nos han educado,
los arrinconamos a todos
y a la residencia los llevamos.
No nos damos cuenta
que por el mismo camino vamos.
Y con la misma moneda pagamos.

La vieja encina
aunque sola en el campo
da cobijo a infinidad de aves y animales,
es solidaria y retoza de alegría.

¡Qué pena!
Que abre sus ramas como gallina
que cobija a sus polluelos.
Bendita voluntad que abre los cielos.
Solo. ¿Solo y para qué?
Si no somos nada.
Nuestra soledad es ignorada,
comprar nuestra soledad,
no cuesta nada.

Acentuar la ventura
rodando en un universo inmenso,
capaz de asimilar poblaciones
superpobladas, aglomeraciones.

Si el silencio de la naturaleza,
todo queda escrito,
caligrafías y manuscrito
con letras de oro.
Bazofia y podredumbre,
borrones y punto,
cuadricomía y fotografía
de alto valor,
donde la vista y el buen gusto
hace de un paisaje
y poder retozar.

Roto por el ruido
de un sigiloso y a la vez
ruido de las hojas al caer,
oteando al universo,
la brisa tenue agravará
la soledad más intensa,
encerrado en una inmensa bola,
las neuronas acentúan
en el sumo grado,
lo que no quiere ver.

No quiero encerrarme en mí mismo,
y contemplar el espectro.
Pero regalarme un algo más,
la luz del astro rey
y con eso quedaré contento,
al menos por un momento.

Al atardecer cada día
cuando vagando
aunque me encuentre contento,
el azote del viento
se adueñe de mí
Y susurrando al oído
en el más sepulcral silencio,
tan solo el balanceo del ciprés
como inclinadose y dándome un beso,
mi soledad volverá.
Venceré un y otro día
soy humano y por eso
lo exclamo cada día.

Soledad, Sociedad

¿Quién lo diría?

HIGINIO SAN MILLÁN

CANCÓ MARINERA

La nineta prou plorava
a la voreta del mar.
Ella prou que somniava
per l’amor que se n’havia anat.

Ai, de l’amor! Amoretes
bé prou que t’han mal ferit.
Surten tes llàgrimes netes
més brolla sang del teu pit.

No hi ha sang, sols és angoixa.
No hi ha cap punyal clavat
mes, n’hi ha un que et burxa
en el teu cor amagat.

No ploris, dolça nineta,
que aquest dolor passarà.
I aquesta sang que ara vesses
vers al mar se n’anirà.

I les sirenes que diuen,
que canten cançons d’amor,
en ses aigües, quan refili,
cantaran una cançó.

I allà lluny, enllà dels núvols
com un vent que bati el món,
foc i pluja, calma i rúfol
de sobte, callaran tots.

I sobre les grans onades
se sentirà una remor.
Són les sirenes que canten
buscant guspires d’amor.

I cada una que agafin
la posaran al teu cor
perquè ell també refili
content i curull d’amor.

TERESA ROIG

SOLO TE PIDO AMOR MÍO

Es un crucero de placer
el que llevamos vivido
siempre lo fuimos llevando
por los mejores caminos.

Solo te pido mi amor
que cuando este naufragando
contemplando las bellezas
las que hay en este barco
que me cojas de la mano
y me lleves a tu barco.

Para salir de ese naufragio
porque también voy pecando,
por eso quiero amor mío
que me lleves a tu barco.

Peco con el pensamiento
porque yo tengo mi barco
al que quiero y lo respeto
con el que voy navegando.

Llevo treinta y siete años
siendo el patrón de tu barco
no tiremos por la borda
el amor de tantos años.

Nuestro mar es muy grande amor mío
es mas grande que la Tierra
y no se puede comparar
con tu hermosura y belleza.

Hemos hecho nuestro barco
mas grande que un trasatlántico
navegando por los mares
lleva treinta y siete años.

En el criamos los hijos
que también van navegando
y enseñado a nuestros nietos
a subir a nuestro barco.

Por eso te pido cariño
que me dejes en tu barco
otros treinta y siete años
para poder disfrutarlos.

Como si fuera un crucero
de esos de amor y de rango
y poderte dar mil besos
cuando pasen esos años.

12 / 8 / 2003

POESIA ESCRITA POR ALONSO EL CRISTO

50 ANIVERSARIO

Nos casamos con mucho cariño

de nuestro amor un rosal floreció,
tres hijos maravillosos
que cuidamos con todo nuestro amor.

Nuestros hijos se casaron,
Manuel con Adela,
Jacob con Sole,
Pepito con Sara.

El rosal con más fuerza brotó.
6 nietos son el perfume
que en mi jardín floreció.

Tú me diste felicidad,
tú me diste cariño y amistad
yo te doy mi corazón
y que estemos muchos años más.

Felicidades, un abrazo


Isabel Milla. 27/3 /58

L'HEREU

Feia prop d’un segle que havia nascut.
Home de peus llargs, mans grans, alt i prim,
ulls blaus, serens i petits.
Va sentir parlar de dues guerres d’Europa
i va patir la nostra guerra civil.
Home íntegre de cor i de pensament
disposat a ajudar els veïns.
Va treballar la terra del matí a la nit
per poder sobreviure i deixar l’herència al fill,
l’hereu que havia de continuar treballant
conservant el patrimoni de Can Roig.
Ja ho crec, que era un bon home.
Va perdre la seva dona, després de molt temps de patir,
però ell no va perdre l’esperança,
Déu ho volia així.
Era el primer a l’hora de la missa,
el que més goig feia, el més eixerit.
L’home tenia quatre néts de dos fills.
L’hereva, una pubilla
estudiosa de carrera, que no tenia temps per tenir fills.
Com patia, aquest bon home!
Què seria de la casa i de les terres, què seria de Can Roig?
Van passar els anys i no arribava aquest hereu
que tan esperava.
Va passar molt de temps amb aquest sentiment.
De tant en tant preguntava,
Per què dues persones que compartien el mateix llit
no tenien fills?
Li responien, un dia si Déu ho mana.
I amb aquesta esperança, la seva pell, el cos i el seu cor
es van esgotant.
Quan el seu cos es corrompia dins del seu lloc
en el ventre de la seva néta va començar a florir
la llavor de l’hereu de Can Roig.
Abans d’un any va néixer
un marrec preciós, d’ulls blaus,
mirada encisadora i intel•ligent.
És un infant, i sembla que tingui cent anys. Ho entén tot.
És tan petit, que quan el miro penso que no és més que un nen,
és el nen, és l’hereu de Can Roig,
el que havia de ser aquí. 


Lara Pi



FER-SE GRAN

Els meus cabells són canosos,

tinc arruguetes inquietants,
un xic de dolor als ossos
i també insomnis constants.

“Ja ho he fet tot”, de vegades penso.
Quin goig! He pujat els fills,
de grat vaig cuidar els pares.
Amb l’espòs sóc molt feliç.

Tinc molts néts. Quina joia donen,
si s’esqueia els he cuidat.
No sempre em necessiten.
Què faig? Quedar-me al sofà?

Pujaré al tren, al vaixell…
M’ho repenso; agafaré l’avió.
La vida cada dia s’escurça,
vull veure més l’horitzó.

He gaudit de bons viatges,
m’ha agradat conèixer món,
però el meu poble té vida,
la seva gent és el millor.

Torno amb el tren…
Es para a cada estació.
A poc a poc ja em programo
activitats per fer jo.

Gimnàs, em cal mantenir-me.
Caminar, que també és bo.
Reflexió que a mi m’incita.
Què faig per un món millor?

Hi ha vellets que estan molt tristos.
Fem un grup i els visitem,
si els arrenquem un somriure
veureu que bé ens trobarem.

Faré el taller de memòria,
no m’anirà malament,
aprendré a manejar l’euro
i l’ordinador, que tampoc l’entenc.

Del respecte a la natura,
voldria ser-ne conscient.
Brossa orgànica, sola pura;
podria engrescar la gent?

Preparem festes, disfresses,
anirem al ball dels grans,
per aprendre a guanyar i perdre
muntarem jocs al casal.

Tot jugant, tot fent tertúlies,
ens sentirem catalans.
Compartint les experiències,
ens tornarem més humans.

Avis, àvies,
voleu també pujar al tren?
Mes no us ho penseu gaire,
no sigui cas que el perdem.

Rosa Juncadella

ELOGIO AL TRABAJO

Fuente de vida eres ¡Bendito trabajo! Trabajar con amor con deseo de prosperar honradamente y buen servicio es vivir sin morir. Yo para no complicarme la vida, quise tenerte por vocación con afán de hacer las cosas bien y así nunca cansada me sentí.
Siempre he creído que el trabajo sea cual sea da felicidad, si te amoldas a él termina por gustarte, a mi me dio satisfacciones.
Con firmeza troté alegre con ganas de hacer las cosas bien para que nadie sufriera por mi culpa.
Tuve claro que la solidaridad también es amar al trabajo a mi me impregno de gozo y crecí como persona. Pienso que el trabajo bien hecho crea cosas grandes, y después del retiro queda el fruto.
Personalmente me siento bien, procuré en mis trabajos ser responsable aprovechando el tiempo para nunca tener que reprenderme por no haber cumplido. Cuando fue necesario las horas pasaban de los sesenta minutos y valió la pena, además del salario adquirí confianza y cariño.
Es triste que haya personas que se cachondean y quieren vivir sin trabajar mirando como trabajan otros cobrando más y las horas las hacen más cortas.
Yo pienso que si el trabajo estuviera mejor repartido y mas controlado el mundo dejaría de tener tanto poderío en unos y la incertidumbre y angustia en otros.
Pues lo único positivo que produce el paro es que la gente que lo vive de cerca pasando necesidad y con ganas de trabajar hablan con aprecio del trabajo valorándolo como el tesoro que realmente es. ¡GRACIAS BENDITO TRABAJO!
Salomé Díaz

RUTA DEL TAMBOR Y EL BOMBO


La otra Semana Santa


Se va acercando el día,
el silencio es atroz,
cientos y cientos de personas,
son fieles y clavan su propia voz.
Mañicos, catalanes, madrileños
todos son admiradores,
de una semana santa distinta
comprendiendo esas devotas tradiciones.
Se rompe la hora en la zona,
Albalate, Alcorisa, Andorra, Hijar,
La Puebla, Urrea, Samper,
eso el jueves con un gran frío
un cierzo que cortaba el golpe
del ruido del tambor y el bombo,
calaba un ensordecedor soñar
de un colorido y misterio en el valle
de la ruta del bombo y tambor.
Batas de un colorido distinto
cada pueblo tiene su tradición,
con su distintivo más familiar
que su cofradía que la distinguió.
Bombos gigantes
golpes acompasados
fotos y más fotos, filmaciòn,
todo envuelto por olivos y almendros,
yemas de hojas que el invierno engendró.
El viernes santo guarda
Calanda y Alcañiz
uno el medio de viernes
el otro cuando va insperir
desde la gente anciana a jóvenes
niños toda la familia a son
el repicar de sus palillos
sobre el bombo
hasta hacer brotar la sangre,
de su mano al son de golpear,
siempre una semana santa muy peculiar.
Aunque están muy cercano el uno del otro
todas son muy distintas,
todas tienen su encanto,
desde la más pequeña a la más grande
en el Bajo Aragón
deja un poso y un calado,
que desde el más agnóstico
al más devoto
le deja el corazón captado,
y por fin Alcañiz,
Viernes al finalizar,
rompe la hora la gran ciudad,
es la hora de comenzar a no llorar.
Comienza a trabajar otra semana santa,
comienza ya a trabajar,
en esa tierra ruda y vasta,
que muchos cierzos y lluvias
en ese Bajo Aragón tiene que dar.
Higinio San Millán. 23-3-2008

SANT JORDI


Era el dia de Sant Jordi
i trista em vaig despertar
no tenia cap idea
que en el jorn pogués passar.
Vaig sortir gairebé d’esma
al camp un tomb a donar
i m’asseguí en una pedra,
vella de qui sap quan.
La pedra era la ruïna
d’un rònec i vell altar
d’una encara i més rònega ermita
en mig d’un vell camp de blat.
No trobí flor de cap mena
que al altar pogués posar,
sols unes minses espigues
que prou el van adornar.
Les espigues eren fresques
i l’ermita es revifà,
cada brot que allí posava
en or s’anava tornant,
o bé a mi m’ho semblava
pel seu color groc brillant.
De sobte, prop de les ruïnes
un llampec fort va esclatar
i les espigues no hi eren,
sinó flors de veritat!
I les ruïnes que ara veia
eren flors amb tot l’esclat:
poncelles, roses descloses,
violes i lliris blancs,
i una mimosa enfiladissa
cobria el cel del altar.
I mentre jo embadalida,
no em cansava de mirar,
les meses amb ses espigues
es movien com el mar.
Beneïda la jornada
que trista em vaig despertar,
ha estat la millor diada
de sant Jordi nostre Sant.

Teresa Roig

HACE AÑOS

Hace años, quise hacerme de un buen perro guardián para la casita que había comprado en pleno campo. Me dirigí a la Sociedad Protectora de Animales, de Barcelona en un lugar cerca del Tibidabo, con la idea de adoptar uno. Al llegar a las puertas del centro, vi a un perro de mediana alzada, que estaba allí, atado a un árbol, al lado de la misma puerta. Era un ejemplar mezcla de pastor alemán y belga, una preciosidad. Se le veía bien cuidado. Su dueño, posiblemente quiso deshacerse de él, váyase a saber por qué causa, y lo dejó allí, abandonado a su suerte. Me acerqué a él y lo acaricié. No dio muestra de agresividad alguna y lo desaté, con la idea de llevarlo conmigo. Pero antes llamé al timbre del Centro para notificarlo. A mi llamada acudió un tipo, con cara de pantera sonámbula al que le dije que quería adoptar al perro en cuestión que estaba abandonado allí a las puertas del Centro. Empezó a gritarme y a acusarme de no sé que cosas…
Viendo como se puso el tipo me di media vuelta y me encaminé hacia mi coche con la idea de mandarlo todo a paseo. Pero hete aquí que el perro, al ver que me iba, me siguió, ante la desesperación del sujeto, que asomado a la ventana seguía con sus gritos. Llegué al coche y al abrir la portezuela el perro se coló adentro. Arranqué y me fui de allí a toda pastilla. Por el retrovisor aún veía al sujeto jurando en arameo. Me llevé a Nicky a mi casita y se adaptó muy bien. Pero el final de esta historia es triste. Porque la finca no estaba vallada y Nicky cada noche se escapaba para hacer sus correrías nocturnas. Algunos días aparecía con un conejo en la boca, que había cazado por el monte. Pero un día me avisaron de que había un perro herido en la carretera, que quizá podría ser el mío, Nicky. Cogí el coche y me acerqué al lugar del accidente. Y, efectivamente, allí estaba, moribundo. Había sido atropellado por un coche. Llegué a tiempo de recibir el último lametón de su vida, que me lo dio en la mano.

MIGUEL RAMOS

23 DE FEBRERO DE 1981

Más o menos a las 6 de la tarde, casi todos los españoles tuvimos un gran susto.
Un guardia civil de muy alto grado, el señor Tejero Molina, seguido por otros guardia civiles de menos rango pero todos ellos armados hasta los dientes, irrumpieron en las cortes cuando los diputados del gobierno celebraban una reunión importante.
Los ya nombrados, entraron dando gritos e insultando, golpeando a todos los que estaban allí, disparando tiros al techo. El tal Tejero estaba enloquecido, decía: “¡Todos al suelo!”. Tuvieron que obedecer. Mientras tanto, en Valencia, un jefe del ejército estaba preparado con hombres y los tanques para apoyar a Tejero, en concreto, para dar un golpe de estado.
Yo me enteré por una vecina que salió dando gritos al patio de la comunidad. Lo estaban dando en la radio. Yo la consolaba como podía pero yo estaba muerta de miedo. Mi hijo el mayor terminaba la carrera y pensé: “Si viene una guerra se lo llevarán. ¡Dios mío, qué amargura!”
Menos mal que mi marido, que estaba trabajando, me llamó por teléfono y me tranquilizó todo lo que pudo.
Yo creo que el Rey tuvo mucho que ver para que no pasaran las cosas a peor.
Ofelia Picón

SANT JORDI, DIA DE LA ROSA

Quiero mandarte este obsequio
para el día de la rosa,
aún recordamos el día
que tú ibas tan hermosa.
Parecías un cisne blanco
toda llena de bellezas.

Voy a empezar por la iglesia,
por el pasillo central,
Te acompañaba tu padre
caminando hacia el altar.

Te entregaba al que era aún tu novio
con un amor paternal
pero le dijo en voz baja:
Que me la sepas cuidar,
es lo único que tenemos
y la queremos de verdad.

Cuando te dejó en sus brazos
con lágrimas derramando:
aquí te entrego a este tesoro
que siempre fue nuestro encanto.

Qué semblante en esa cara
Qué sonrisa en esos labios,
y que novio más feliz
de su novia disfrutando.

A todos les sonreías
con tu dulzura y encanto
hasta las piedras se dormían
cuando ibas caminando.

Al llegar al restaurante
el edificio se cernía
parecías un terremoto
de placeres y alegrías.

Cuando recorrías las mesas
con esa humilde sonrisa,
y qué contento tu esposo
cuando quitaba la liga.

Que repitiendo la hazaña
te quitaba la otra liga.
Gritaban, vivan los novios,
en todas las mesas se oía
y en la mesa de los padres
rebosaba la alegría.

Por eso quiero deciros
que siga la misma alegría,
también que siga ese amor
que teníais aquel día.

Que esos dos aniversarios
se conviertan en ochenta
y que os sigáis queriendo
con la misma convivencia.

Esos dos años intensos
van a recompensar a otros,
Cuántos están esperando
que seáis muy dichosos.

Que lleguéis a viejecitos
con ese amor y cariño.
Siempre obtengáis el mismo amor
el que siempre os tuvisteis
desde que erais dos niños.

Y nos sentimos culpables
por no haberos felicitado
en esos dos aniversarios
y en esos dos años casados.

Manolo Morales. 23- 4- 06

EN MI PATIO

En mi patio hay una fuente
con flores alrededor,
en la fuente hay una niña
que para mí es todo amor.

La niña es una rosa
que de mi rosal nació,
sus padres son las raíces
que la cuidan con amor.

Para que siempre esté unida
con su cariño y amor,
mi niña es lo que yo más quiero
y le deseo lo mejor.

Mi patio tiene una fuente
con muchas flores y amor.
Te quiero tanto mi niña,
que se me parte el alma
si no te tengo a mi alrededor,
pues cuando te tengo a mi vera
todo es cariño pasión,

Te quiero tanto, cuanto te quiero.
Tu sonrisa es mi alegría,
tus ojos son todo amor,
por eso te quiero mi niña
y te deseo lo mejor.

UN ABRAZO TU YAYA.


Isabel Milla

AQUÍ HAY MIGAS

En mi pueblo, cada año, la hermandad del Santo Entierro de Lora del Rió celebra la tradicional ”Migas para todos”. Las hacen en la alameda del río, en el recinto ferial. Siempre en enero, que es pleno invierno.
Cocinan, 1.600 kilos de migas. Las sartenes son grandiosas, las mueven con palas de maderas. Los ingredientes son: pan, agua, sal, panceta ibérica, aceite de oliva y ajos morados. Los que hacen las migas son voluntarios de las entidades del pueblo. Más de 10.000 personas degustan las migas. Yo, para no perder la costumbre de este plato tan exquisito y de tanto alimento, el domingo pasado, que fue el día 4 de noviembre, las hice con toda la ilusión y con amor a la tradición. En esta foto las muestro. Tienen mucha faena para hacerlas, pero no importa si se hacen con ilusión.
Amigos y amigas, si queréis ser felices, comer unas migas.

Eulalia Milla. 14-12-2007

LA FAROLA

Jorge y yo, Paco,
salimos una tarde con la intención de asistir a un guateque.
Mi madre: ¡Chicos abrigaros, no vengáis tarde!
Íbamos los dos hechos dos paquetitos de regalo,
con nuestro anorac nuevo que nos habían regalado
de color granate con una raya blanca a lo largo de la manga.
Risueños y contentos, bien peinados, con la raya al lado.
Por el camino encontramos a algunos amiguetes
perfumados y con el anorac recién estrenado, como estaba mandado
Entramos en el local a saco pero muy dignos
para que no se notara, las ganas que teníamos de enrollarnos y por supuesto por presumir de anorac
Nos acercamos a una fuente de sangría, calimocho también había.
Jorge coge vasos grandes para animarnos, a ver si nos entonamos y pedimos de bailar.
Paco, que la noche es larga
Sí, Jorge, pero a las doce o la una nos vamos para casa.
El local tenía buen ambiente, todos con anorac.
Era la moda del momento,
parecía el uniforme, oficial.
Nadie se dio cuenta de que estaba nevando
porque dentro del baile estaban sudando.
Por supuesto, con anorac incorporado.
Se fue animando la fiesta, las melenas sudadas acartonadas.
A Jorge y a mí los chorritos de sudor nos bajaba por la espalda
hasta las nalgas.
Fuera nevaba intensamente, pero nadie se enteró hasta que paró.
A altas horas de la noche y sin control
salimos a la calle con una cogorza de campeón.
Paco, que negra está la noche.
Jorge, sí, cuando vinimos no había montañas.
Paco, que estas montañas me hacen daño a la vista, está todo blanco.
Mira, Jorgete, todo está oscuro pero la calle resplandece.
Paquito, no veo nada, no queda carretera.
Amigo, se me está quedando el anorac tieso y me estoy quedando lívido.
Vamos Paquillo, con lo que hemos fardado de anorac, que no se diga que ahora nos va a fallar.
Hay Jorgillo no sé dónde estamos.
Mira Paco, me parece que la Osa Mayor se ve por allí muy adelante, o es una estrella fugaz.
Jorge, que no es una estrella fugaz, la luz está quieta en la oscuridad.
Paco, yo quiero que sea mi madre con la linterna.
Jorge, no me digas eso que voy a llorar y las lagrimas se me van a congelar.
Tienes razón, Paco, que la cara no nos la cubre el anorac
y hace rato que buscamos la estrella que nos guíe a casa.
Paquito, que mareado estoy, voy a vomitar.
Jorgete, agárrate a ese palo que te vas a caer, y yo también.
Pero, ¡qué bien que lo hemos pasado aunque estemos malos!
Paquito,¡hemos encontrado la estrella!
Y mirando los dos para arriba nos dimos cuenta de que
era la farola de la puerta de nuestras casas.
La abrazamos, la besamos y cada uno nos fuimos a nuestra casa
a dormir la mona
pero muy seguros de que aquella noche habíamos visto la luz.
Lara Pi

LES ROSES

De les flors del meu jardí

em fascinen molt les roses.
Tenen colors de setí
i perfum, d’amor de dones.

Les blanques són la puresa
d’una nena amb tot l’encant,
emmirallen amb bellesa
el candor que té l’infant.


Les de color groc són fines,
cada dia van creixent,
amb passos lents com les nines,
s’atansen prop de la gent.

EI color rosa claret
fa lloança a la vida,
amb tendresa, fruita i llet
creix i es fa gran la nina.


En el color rosa i groc
l’amor ja va trobant lloc.
Mira, busca, s’apassiona,
plora, riu i acarona…


Ai! el color rosa fort!
És l’amor que s’ha fet gran,
i el seu millor conhort
és viure prop de l’amant.

Oh! en el vermell setinat,
tot l’amor hi ha quallat
i treballa nit i dia
per fer gran una família.

Bell ets, vermell de vellut!
Tens fortalesa, riquesa,
has fornit tota tendresa
i mai l’olor tu no has perdut.

Rosa Juncadella. Maig de 2007

LA FLOR PRESA DEL ALZHEIMER

Un día, un sol caliente de amor hizo que yo viviera mi primera visita a la ciudad de la flor.
Al principio me estremecí, más de uno con alzheimer y otros males que limitan cantidad.
Yo os saludaba con cariño, hacia preguntas y hablaba sin parar, un poco impaciente porque quería saber como os debía de tratar.
Os veía como pájaros indefensos al vuelo, a otros como hormigas con paciencia infinita
y algunos sentados como en un rincón de su vida sin decir nada.
No dejaba de observaros y desde mi interior sentía la necesidad de gritar que vosotros sois mucho más.
Yo seguía observando y embelesada quedé. ¡Mis ojos sólo ven flores! Flores escarpadas de dolor, con la mirada fija esperando ser regadas con el agua de amor.
Me tomasteis como amiga, jardinera quiero ser. Un cosquilleo en mi corazón sentí, lo que me dio coraje para haceros mucho bien.
Gracias, de todos aprendí algo, que ha enriquecido mi vida, pues en alguno descubrí la reserva de buen fruto de vuestros mejores años.
A ti nardo, además de ser padre, fuiste el pilar de la familia, y no te achiques, sigues siendo el más grande!
¿Y tú? Flor madre, creo que sueñas e intentas unir los pedazos del diario de tu vida. ¿0 quizás por la enfermedad no puedas?
Aun así eres la más hermosa de las flores y con el título de madre que nada ni nadie te puede quitar, porque tus entrañas fueron cuna de vida, tu regazo calentó a tus retoños, lo has dado todo.
¡Ahora, cómo te cambió la vida! Seguís siendo flores, flores delicadas, con color propio y vivo, alguna espina de menos que se clavó en la familia que sufre porque os quieren y con ternura os mima.
Tenéis unas cuidadoras que hacen muy bien su trabajo, con paciencia y entusiasmo os miman. Adivinan lo que no sabéis decir, os dan lo que no podéis pedir.
Tanta complicidad engancha, vale la pena mojarse en este vuestro jardín.
Amiga flor perdona, creo que estoy siendo demasiada atrevida invadiéndote con mi pensamiento vagando por tu laberinto.
Sólo quería que supierais que vuestra vida me importa, que no sois dolor anónimo.
Yo sólo quiero serviros de bastón, compartir mi luz y haceros felices. Si lo consigo diré: ¡Yo soy alguien!
Salomé Díaz

LA HISTORIA DE UNOS ZAPATITOS BLANCOS

Eran las fiestas de agosto
del año cuarenta y tantos.
Había unas fiestas muy bonitas
que se hacían en el campo.

Ya se acababa la siega
había menos trabajo.
También se había hecho la trilla
y ya teníamos el grano.

Yo le decía a mi madre:
¡Para las fiestas quiero unos zapatitos blancos!
Ella me dijo: Que sean marrones
porque no se ensucian tanto.

Con mi vestido azul
sencillo pero bonito,
que me lo había hecho mi madre
de un retal que le compró al tío Nico.

Yo entonces tenía nueve años,
pero ya me gustaba presumir.
Sabía que mis amigos llevarían zapatitos blancos
y también los quería para mí.

Pero mi madre que sabía lo que decía:
¡Los compraremos marrones
que así los llevarás cada día!
Más adelante verás que no importan los colores.


Mi madre con su mirada me hizo comprender algo
que a mi corazón decía:
que los blancos eran más caros
y ella era la que lo sabía.

Llegó el día de la fiesta.
Se acaban las opiniones.
Me puse el vestido azul
y en el pelo un lazo blanco,
con mis zapatitos marrones
porque no se ensucian tanto.

Ofelia Picón

DE GAUDI A DALÍ

El embrujo de los genios
me hace pensar y escribir,
dos artistas con tanto arte y talento
que pasaría si se enfrentaran
en cualquier momento.
La tierra que les vio nacer,
uno al norte otro a sur,
una senyera les abrazo,
con lazos de gran unión.
El levante azotó con ansia y fiereza,
una tramontana rasgando el lienzo,
con un toque de genio y señor.


¡Antonio! Si Antonio Gaudí,
es hablar es decir sencillez.
De unos desechos es crear
arquitectura obras que siempre
se pueden contemplar.

Historia con pocos medios,
vomitar con tu cincel las perfección,
si señor Gaudí vivir para dejar,
eso que creaste ahí.


Y tú, loco ¡Salvador Dalí!
Óleo y acuarela,
trazas con tus pinceles
una tramontana al mar.
Me vuelve loco tu obra,
quien dice loco, cuando tu firmas
esa mirada perdida a un horizonte
donde te gustaría estar.

Obras por doquier
señor de señores,
callar que comienzan a dialogar
sus mentes y sus neuronas,
hacen un inicio al pensar.

Van hacer un regalo de su legado
de este par de catalans universals,
unos auténticos genios.
Cada uno por su lado,
uno con la arquitectura,
el otro el óleo y el arte colgado.


Reus en 1852, nace ese genio,
o un loco como se dice,
que 74 años guardas de tu vida,
fuiste a entregar tu obra,
con la vía férrea que te castiga,
cientos de obras lanzaste por doquier
Cataluña, León , Cantabria.

Abrazaste con este regalo
el que el sol y la vida tu Dios
y tu persona interna dar vida,
un saber contener.


Salvador Dalí,
azotado por la tramontana,
naciste en Porlligat,
bohemio de don de artista.

Nadie te quería cambiar
¡Hay ! Si Antonio te hablará,
tú seguro que tu no cambiarias
o quizás tus consejos para el no servirían,
deja que sus obras se luzcan y ya está


A los genios hay que dejarlos vivir.
Los genios nunca mueren,
muere la persona,
sus obras ahí están,
pequeñas o grandes
son patrimonio de la humanidad .


Se que todo lo vuestro desde donde estéis
son largos u extensos los debates,
amaneceres de ensueño,
para buscar todo un arte,
Genio Dalí,
en tus lienzos tratando de olvidar tu mente,
a la sombra de la obra de Gaudí,
no calléis ¡Seguid!

Es la estampa que imposible repetir,
dos genios el uno al otro, emulando su decir,
nunca será acabada.
Y siempre me gustaría vivir
ver dos monstruos de el arte,
que con la senyera les hondeaba.
El decir Señor Gaudí
y para rematar vuestra firma
Eugenio Salvador Dalí.


Higinio San Millán. 1-4-04

EL PLOR DEL MAR



La veu del mar són les ones


i aquestes estan queixoses


perquè volen ser lliures.


Ploren i ploren.


No volen escoltar res.


Com els escaigui


volen cridar, ser lliures,


i com els plagui.


Vindrà una mala maror


i no tindran pausa


i no tindran llibertat


ni mai més calma.


I veuran potser llavors


que esclatant contra les roques,


que el seu soroll ja no el canten


els mariners d’aleshores.


Que la seva blanca escuma


ja no morirà en la platja,


puig s’escampa en l’arena


feta broixalla.






Oh! Onades! Dolces onades!


de la dolça Mediterrània


sigueu quietes com fins ara


pures i blaves.










Teresa Roig. Febrer de 2007

AMORES FALLIDOS

En una tarde calurosa del mes de Agosto, me encontraba sentado en la terraza de un bar de la parte de alta de Barcelona, apurando el último sorbo de leche fría con canela, cuando vi asombrado que por mi derecha venía hacia mi una chica de aspecto nórdico, de talle esbelto, que muy decidida, al llegar ante mí se sentó a mi lado. Tomado por sorpresa, aquel último trago casi se me atragantó. Sonrió ella al ver mi apuro y sacando de su bolso un paquete de cigarrillos John Player, lo soltó encima de la mesa, invitándome con un gracioso mohín a fumar. Ya algo más relajado yo, le pregunté por su país de origen y ella me contó que era de Suecia, que trabajaba en Suiza, en la Nestle, que se encontraba de vacaciones en España y que había estado ya en el País Vasco. Me contó durante largo rato las cosas de su país, y de su familia… De las cosas de aquí. De lo que le gustaban los españoles, de lo que adoraba una buena paella bien cargada de mejillones (ella decía mejijones) Finalmente, el caso fue que, como se hacia ya tarde y el camarero nos invitaba amablemente a despejar la terraza, se me ocurrió la idea de invitarla a cenar a casa. Ella aceptó, diciéndome que encantada. Un complejo tremendo tuve cuando al levantarnos de las sillas, comprobé que la chica me sacaba algo más de 15 cms. en estatura. A mi lado, la chica me parecía como gigantesca; pero estaba muy bien de tipo y era muy bonita de cara. Llegamos a casa y nos acomodamos en mi terracita, sentándonos en aquel balancín que yo tenía allí para sentarme al fresco en las cálidas noches de verano. En un momento dado se me fueron las manos hacia ella y la abracé. Ella, sorprendida en principio, no dudó después en rodearme con sus larguísimos brazos, dándome unos besos largos y húmedos. Tuvimos una noche de amor interminable de besos, caricias. Y sexo. No dormimos hasta que rayó el día, quedando los dos profundamente dormidos. Al rato de despertar, mientras charlábamos ante unas tazas de café con leche, le propuse que se quedara conmigo y terminase sus vacaciones en mi casa. Ella aceptó y quedó así la cosa ya decidida. En un momento pasamos por el hotel donde se hospedaba, recogimos su equipaje y nos volvimos a casa.
Los 15 días siguientes fueron maravillosos; finalmente superé el complejo que sentía a su lado por la estatura que me sacaba. Cada día nos íbamos a la playa y nos tumbábamos al sol mirando el cielo azul de Calella. Nadábamos, hablábamos, fumábamos, nos besábamos…y una vez de nuevo en casa, al anochecer cenábamos en la terracita con vistas al Tibidabo. Hacíamos el amor…y ella terminaba abrazándome como a un niño, mientras me cantaba canciones suizas: Niuchitel…..Niuchitel…Y así un día tras de otro. Y así llegó también el final de sus vacaciones. Aquel idilio tan extraño, tan singular y tan inesperado, tocaba a su fin. Así que la llevé al Aeropuerto, y nos despedimos con un beso larguísimo mezclado con sus lágrimas. Nunca te olvidaré, me decía. Yo no pude por menos que jurarle amor eterno. Y en un avión de Lufthansa se perdió entre las nubes rumbo a Suiza.
Pasaron los días y los meses y no tuve ni una sola carta suya, ni una llamada de teléfono, nada… Yo empezaba ya a olvidarme de aquella chica tan dulce, que tan buen recuerdo me había dejado. Pero cierto día de Semana Santa, recibí una llamada de teléfono. Era ella. Me decía que estaba en Barcelona y que deseaba hablar conmigo, puesto que tenía algo muy importante que decirme. Yo por aquel entonces ya convivía con otra mujer y le confesé a ésta lo que me había sucedido el verano pasado. Ella me miró muy seria y me dijo secamente: Está bien. Ve y despídete de ella. Y no vuelvas a nombrármela, porque me da mucha rabia.
De este modo volví a encontrarme con la sueca. Estaba tan encantadora como cuando la conocí. Nos fuimos de nuevo a la playa de Calella, para hablar allí, como lo hicimos en el verano. Nos tumbamos en la arena y hablamos durante largo rato. No hubo besos ni caricias; y al final me sorprendió con una pregunta inesperada: ¿Por qué no nos casamos? ¿Me amas? Yo estaba sin capacidad para reaccionar y me derrumbé quedando algo así como desarbolado. Mírame a los ojos, Miguel, y dime que ya no me quieres, me decía ella. Ella después de marcharse nunca me había escrito ni tan siquiera me había llamado una sola vez por teléfono. Yo, con todo el dolor de mi alma le confesé que ya estaba enamorado de otra mujer, con la que convivía desde hacía unos meses, que procurara olvidarme, que rompiera mi fotografía. Lloraba ella envuelta en un mar de lágrimas y yo acabé llorando también. Me abrazó largo rato mientras me hablaba al mismo tiempo con palabras ininteligibles, pues dominaba ella cinco idiomas. Me decía en español: para siempre…para siempre.
La acompañé de nuevo a su Hotel y al día siguiente la llevé al Aeropuerto. Le regalé una botella del mejor coñac que encontré y ella me dio una cajita de bombones suizos. Nos volvimos a besar por última vez; tomó el avión y regresó a Suiza. A los pocos días recibí una carta de ella con la tinta corrida por sus lágrimas, en la que me decía entre otras cosas que me amaría siempre y que jamás romperá mi fotografía.
Nunca más volví a saber de Inge, que así se llamaba aquel encanto de muchachita.
Miguel Ramos