viernes, 4 de septiembre de 2009

EL TREN. DICIEMBRE 2007

Tren que me recoges puntual
llevándome en tu vagón con tu ritmo de metal.
Busco, entre tus asientos ocupados, uno vacío
o un punto de apoyo para descansar.
Tus paredes son sólidas,
de un rígido plastificado material.
Por tus ventanas al exterior,
un magnífico paisaje natural.
Miro al cielo y mi ánimo se eleva
y veo los nublos que vuelan a gran velocidad.
Debajo de tus raíles, discurre el río
repleto de gaviotas, pero con muy poquito caudal.
Llevo un libro en la bolsa, ya lo voy a sacar,
busco el punto, ya está
qué viene el túnel y solo se ve oscuridad
y hasta llegar a mi destino la lectura me acompañará.
Buenos días y buen viaje
compañeros silenciosos que tanto os cuesta saludar.
No importa, me concentro en mi lectura
pero me duele lo indolente del personal.
Quizá me afecto
porque soy nueva en el menester de viajar.
Deprisa por el pasillo del anden,
tengo que hacer trasbordo y mi destino es primordial.
Tengo tiempo de sobra
pero me apremio cada vez más.
Tengo una cita diaria
con la vida y no me puedo retrasar.

Lara Pi

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