viernes, 4 de septiembre de 2009

DE GAUDI A DALÍ

El embrujo de los genios
me hace pensar y escribir,
dos artistas con tanto arte y talento
que pasaría si se enfrentaran
en cualquier momento.
La tierra que les vio nacer,
uno al norte otro a sur,
una senyera les abrazo,
con lazos de gran unión.
El levante azotó con ansia y fiereza,
una tramontana rasgando el lienzo,
con un toque de genio y señor.


¡Antonio! Si Antonio Gaudí,
es hablar es decir sencillez.
De unos desechos es crear
arquitectura obras que siempre
se pueden contemplar.

Historia con pocos medios,
vomitar con tu cincel las perfección,
si señor Gaudí vivir para dejar,
eso que creaste ahí.


Y tú, loco ¡Salvador Dalí!
Óleo y acuarela,
trazas con tus pinceles
una tramontana al mar.
Me vuelve loco tu obra,
quien dice loco, cuando tu firmas
esa mirada perdida a un horizonte
donde te gustaría estar.

Obras por doquier
señor de señores,
callar que comienzan a dialogar
sus mentes y sus neuronas,
hacen un inicio al pensar.

Van hacer un regalo de su legado
de este par de catalans universals,
unos auténticos genios.
Cada uno por su lado,
uno con la arquitectura,
el otro el óleo y el arte colgado.


Reus en 1852, nace ese genio,
o un loco como se dice,
que 74 años guardas de tu vida,
fuiste a entregar tu obra,
con la vía férrea que te castiga,
cientos de obras lanzaste por doquier
Cataluña, León , Cantabria.

Abrazaste con este regalo
el que el sol y la vida tu Dios
y tu persona interna dar vida,
un saber contener.


Salvador Dalí,
azotado por la tramontana,
naciste en Porlligat,
bohemio de don de artista.

Nadie te quería cambiar
¡Hay ! Si Antonio te hablará,
tú seguro que tu no cambiarias
o quizás tus consejos para el no servirían,
deja que sus obras se luzcan y ya está


A los genios hay que dejarlos vivir.
Los genios nunca mueren,
muere la persona,
sus obras ahí están,
pequeñas o grandes
son patrimonio de la humanidad .


Se que todo lo vuestro desde donde estéis
son largos u extensos los debates,
amaneceres de ensueño,
para buscar todo un arte,
Genio Dalí,
en tus lienzos tratando de olvidar tu mente,
a la sombra de la obra de Gaudí,
no calléis ¡Seguid!

Es la estampa que imposible repetir,
dos genios el uno al otro, emulando su decir,
nunca será acabada.
Y siempre me gustaría vivir
ver dos monstruos de el arte,
que con la senyera les hondeaba.
El decir Señor Gaudí
y para rematar vuestra firma
Eugenio Salvador Dalí.


Higinio San Millán. 1-4-04

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